de Buenos Aires, con Amor: Ansel Adams

viernes, 7 de junio de 2013

Ansel Adams

Dicen que leer un libro (al igual que viajar) te abre la cabeza, te transporta a otros mundos... es por eso, entre otras cosas, que siempre es un buen habito que deberíamos tener todos los seres humanos.

Hace unos días mi cuñado y mi hermana menor me regalaron un libro que me tiene atrapado como nene de 8 años en una jugueteria. El libro es Steve Jobs by Walter Isaacson (libro que recomiendo al 100% para todo aquel interesado en saber un poco más de la persona que redefinió toda una época de la historia y se transformo en una de las personas más influyentes que han habido. De hecho lo recomiendo tanto que le regale una copia a uno de mis mejores amigos) y naturalmente leer de como se formo -con sus cosas buenas y malas- la persona que tanto nos influyo resulta sumamente enriquecedor. Es vox populi que Steve poseía una sensibilidad extraordinaria para el diseño, por lo cual leer quienes fueron sus influencias y referentes resulta por demás enriquecedor.

Es así como llegue, a través de Jobs, a conocer la obra de Ansel Adams y hoy la compartimos con uds. Nacido en San Francisco el 20 de febrero 1902, Ansel es uno de los fotógrafos más destacados del siglo pasado.

Su obra se caracteriza por la imágenes en blanco y negro (preferentemente de paisajes) trabajadas con una gran definición e impecables contrastes que generan una sensación de profundidad muy singular.

Dicha afición por la foto en blanco y negro lo llevo a crear, junto a Fred Archer, el Zone System (Sistema de zonas) a finales de la década del '30. El sistema es una técnica de exposición y revelado fotográfico mediante el cual se logra una correlación entre lo que el fotógrafo ve y la copia fotográfica final. En algún punto es similar a lo que es la gestión del color para los fotógrafos digitales.

Al igual que la estetica que Steve cuido para su empresa, las imagenes de Ansel destacan por su sobriedad, el nivel de detalles y la elegancia que alcanza el producto final. Por lo tanto no es sorpresa que Steve haya quedado cautivado por la obra de Ansel y tuviese un par de ejemplares en su casa personal de Palo Alto.